El lunes fue el día de la excursión y nuestro destino era la cercana isla de Formentera. Tras desayunar en el hotel cogimos el barco sobre las 9:45 rumbo a la mencionada isla. Fue un viaje movidito con mucho movimiento que provocó que mucha gente se marease, incluida la pobre Itziar.
Llegamos a Formentera sobre las 11.00 y cogimos el autobús que nos iba a llevar a la paradisiaca playa de Illescas. La playa era de arena blanca y aguas azules de esas que entras y andas y andas y no te cubre nada. La verdad es que era digna de retratar. Entre tumbarnos, bañarnos y nadar hasta el pedrusco que había un poco hacía dentro nos dieron las 13:30, momento en el cual cogimos el bus hacía es Puyols, localidad un poco mas turística, con una playa con similar descripción a Illescas. En esta playa nos encontramos algo curioso, un pececillo que hacia pedicuras, si sí el pez se puso alrededor de mi pie y se comía las pieles muertas. Salimos de la playa sobre las 16:45 y tras comer algo dimos una vuelta por la localidad para adquirir nuestra clásica bola de nieve de recuerdo. Más tarde sobre las 17:20 cogimos el bus en dirección al puerto donde a las 18:30 zarpaba nuestro barco rumbo de vuelta a Ibiza. Esta vez tocó un viaje todavía más movido que a la ida, ya que soplaba el viento y había más meneo en el mar. Llegamos sobre las 20:00 al hotel nuevamente y tras adquirir los últimos souvenirs fuimos a cenar y a descansar.
El martes pasamos el día nuevamente en Eivissa, donde estuvimos buscando la entrada para la discoteca Pacha al mejor precio posible. La verdad es que esperamos ya que en un lugar nos dijeron que las entradas valdrían 40€. Pero el chico de las entradas no acababa de llegar. Total que dimos vueltas por el puerto donde encontramos la tienda de la discoteca Privilege y ya que estábamos un nuevo abanico que compramos (faltaba este para completar la colección jejeje). Comimos en la cocina de casa (ese restaurante cuyo logo es una M amarilla) y tras cansarnos de esperar decidimos preguntar en la mas que visitada por nosotros tienda de la Pacha. Sorprendentemente era el lugar con las entradas más baratas 46€, eso sí había que ir antes de 1:30. Las entradas en el resto de lugares incluido el que estábamos esperando eran de 50€ así que 4€ que nos ahorramos, para pagar el taxi para la noche. Sobre las 19:00 volvimos al hotel y fuimos a la piscina a bañarnos. Tras lo cual cenamos y a la habitación a prepararse. Tomamos algo en el cuarto, nos pusimos “guapos” y ale a coger el taxi y rumbo a la Pacha.
Entramos en la discoteca a las 00:30 y sorpresa una nueva tienda de Pacha que no habíamos visitado. Pues nada allí que nos fuimos a ver lo mismo que tienen en las otras tiendas que ya habíamos visto tropecientas veces, pero bueno. Esta vez Itziar se sacó un poster que como se encontraba algo doblado se lo regalaron. Tras las compras entramos en la discoteca, la verdad es que era bastante grande y tenía varias salas. Lo mejor de todo eran la multitud de terrazas que tenía que al hacer calorcito invitaban a sentarse y disfrutar de la noche. Destaca una de ellas donde se encontraba una bailarina en una copa bailando. De la sala principal poco que reseñar, era bastante amplia, aunque antigua (nada que ver con la Pacha en Mallorca) tenía bastante capacidad y había gente. El espectáculo era un tanto penoso, con gogos que se movían menos que una piedra ( y pensar que estaban ganando dinero por mover un brazo o ni eso, si les enseño el faraón o el bob esponja arrasan haya donde vayan…). Estuvimos en la discoteca hasta las 5:45 momento en el que tras buscar la salida por esa laberíntica sala cogimos un taxi rumbo al hotel y a descansar algo, ya que a las 12:00 había que dejar el cuarto.
Del último día poco que contar, tras abandonar el cuarto, fuimos a la playa por la mañana, comimos en un chiringo de playa y por la tarde a la piscina hasta que a las 16:30 nos fuimos a duchar a la habitación que nos prestaba el hotel y a las 17:15 cogimos el bus rumbo a aeropuerto, donde permanecimos hasta las 19:55 momento que nuestro avión despegó rumbo al lluvioso Bilbao que nos recibió a las 21:15 con su clásico txirimiri para que no lo echásemos de menos.
Y tras llegar a casa y descansar a la dura realidad de madrugar, trabajar y pasar la semana.
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