Última parte de mis vacaciones en Croacia, en la prosiguiendo con el mismo y ya en el domingo. Nos levantamos prontito y pusimos rumbo al puerto de Dubrovnik, donde paramos con la intención de coger un ferry que nos llevase a la isla de Lopud, una recomendación del casero. El viaje en ferry fue rapidito y apenas tardamos una hora. Llegamos al puerto de la pequeña isla y fuimos a desayunar algo. Pretendiamos tomar algo y comer un bollito, pero nada mas lejos de la realidad, Itziar en su buena voluntad pidio un sandwich de atún. Pero, ¡Sorpresa! el sandwich era un bocata enorme de tamaño cabeza y encima se equivocaron y nos trajeron otro bocata gratis. Vamos que nos pusimos las botas. Otra cosa curiosa de isla es que no hay coches y para ir a nuestro destino, la única playa de arena de la zona tuvimos que coger lo que llaman un Taxi, lo que viene siendo un carrito de golf. Y por fin, vimos una playa de arena, después de torturar nuestra espalda buscando una buena posición entre las rocas pudimos tumbarnos a nuestras anchas. Estuvimos hasta las 17.00 en la playa, con una parada entremedias en un chiringo para comer. Destacar que no cubría nada en el agua lo cual hizo que nos pudiesemos bañar tranquilamente. A la vuelta al puerto encontramos un local con un pintor, que curiosamente había vivido aquí en Barakaldo y en los alrededores y hablaba bastante bien castellano. Estuvimos un buen rato hablando de como esta ahora el gran Bilbao y le compramos un pequeño souvenir de la isla. Cogimos el ferry de vuelta a las 17:50 y tras volver coche y para casa a ducharse y cenar.
El lunes otra excursión nos tocaba, salimos todo veraniegos de casa con la esperanza de que el día iba a despejar (que ilusos!!). Nuestro destino era el parque natural de Krka, y tuvimos un viaje pasado por agua, pero lo peor estaba por llegar. Al llegar al pueblo donde se embarcaba hacía el parque, empezó un diluvio, que nos hizo tener que comprar ropa para el agua. Fuimos al parque lloviendo como si nu hubiese mañana, y allí vimos las cascadas y dimos la vuelta alrededor viendo animales y los preciosos parajes. Pero claro hacía un poco de fresco y encima estabamos calados. total que tras 2 horas vuelta para el pueblo. En el camino todavía nos mojamos más, con lo que las zapatillas no dieron mas de sí y tuvimos que echar mano de las cangrejeras y poner rumbo a Split. Si llega a despejar igual hubieramos visto algo de la ciudad pero nada, que paramos en un centro comercial a comer y comprar algo y a la salida de la ciudad en un outlet para comprar unas zapatillas y conducir mejor. Unas buenas pintas con 14 grados en pantalones cortos y cangrejeras por Split, que somos de Bilbao y no tenemos frío. Nada que no pudimos ver la ciudad y había que volver que estabamos a 3 horas de casa y conducir de noche por esas carretaras no era una gran idea, aunque no quedo mas remedio.
El martes por la mañana fuimos hasta Bosanka y subimos al telesilla, pero en coche hasta arriba sin pagarlo claro. De allí pudimos tomar unas preciosas ilustraciones de la ciudad de Dubrovnik. Y como estabamos ante nuestro último día y daban una tarde nublada, el resto de la mañana lo pasamos en Plat en la playa. Por la tarde bus hasta Dubrovnik y adquirir esos souvenirs para traer a todo el mundo, para que tengan. Vamos que una de vueltas por las calles buscando chorradas. Por la noche la última cena en el King donde ya nos conocían de tantas veces que fuimos y a descansar que al día siguiente tocaba vuelo y autobus hasta Bilbao
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