Segunda parte del resumen de mis vacaciones en Menorca.
El sábado ya nos tocaba coger el coche que teníamos alquilado para el resto de días de nuestra estancia en la isla. Aprovechando que disponiamos de vehículo, tocaba día de turismo. Comenzamos el día con un viaje al norte de la isla, fuimos hasta Fornels donde disfrutamos de unas mas que dignas vistas de su bahía y de las zonas de alrededor de esta parte de la isla. Mas tarde subimos al santuario de Toro desde donde se podóa apreciar una vista del relieve de gran parte de la isla. La pena es que estaba un poco nublado y no se veía todo lo que se podía ver. Además visitamos el santuario por dentro antes de emprender viaje a Mahón capital de la isla. Donde a pleno sol dimos vueltas por el centro de la localidad. Previamente y justo al final de su extenso puerto habíamos parada para comer nuestros respectivos tupper de macarrones. No aguantamos mucho por Mahón ya que el calor era agoviante y decidimos salir rumbo a otro lado. Fuimos hasta la fortaleza de la Mola, pero el abusivo precio que cobraban por la entrada nos hizo conformarnos sólo con las vistas del exterior. Por la tarde y cuando parecía que el sol pegaba algo menos, fuimos hasta el precioso pueblo de Binibeca. Un pueblito con casas y hasta tejados blancos, con mucho encanto. Bastante digno de ver. La verdad es que pegaba mucho el sol, y dimos una vuelta pero no muy larga. Sobre las 20.00 pusimos rumbo a otro punto de interés de la isla, la cova del Xoroi, un bar discoteca en pleno acantilado, con un par de balcones al mar y aprovechando una cueva que hay en la zona, con prevía parada en el Mercadona para hacer la compra para los días que nos faltaban.. Estuvimos dentro del local hasta que anocheció, momento que vimos sentados frente al mar. Por la noche pretendíamos cenar por el camino y cual fue nuestra sorpresa que en Es Mercadal, pueblo a mitad de camino, nos encontramos que había fiesta. Decidimos hacer una parada, y la fieste he de decir que nos soprendió. Había muchísima gente y vimos lo que denominan "el Jaleo", donde los caballos bailan al son de la música expolvoreados por una alborotada muchedumbre. Total que en vista del ámbiente decidimos cenar en la zona. Fuimos hasta las barracas y llegamos a la abarrotada plaza donde comimos por un módico precio un bocata de albondigas con tomate. Estuvimos en el pueblo hasta las 00.30, momento en el cual nos retiramos a casa a descansar.
El domingo por la mañana amaneció bastante nublado, cosa que nos hizó cambiar nuestros planes iniciales. Total que mientras despejaba el día, fuimos a ver restos arqueológicos de la isla. Paramos en la Naveta des Tudons, construcción de hace mas de 5.000 utilizada para guardar los cadaveres. La verdad es que estaba bastante bien conservada. Seguimos nuestra ruta viendo, el Talatí mas alto de la isla, justo a las afueras de Mahón. Y cuando el día por fin despejó fuimos hasta cala en Porter, donde estuvimos tomando el sol y bañandonos el resto de la mañana. Por la tarde fuimos a la extensa playa de Son Bou, donde pegaba bastante el viento,y donde pasamos gran parte de la tarde. Nos habían indicado que en la zona existía un bar hawaiano donde ponían cocteles de frutas. Y sobre las 19.15 fuimos hasta allí. La verdad es que el cóctel estaba buenisimo y mereció la pena la parada. Las frutas estaba fresca y entraron solas con el gran calor que hacía. Luego como nos encontrabamos a cierta distancia del hotel, pusimos rumbo a casa donde cenamos y nos fuimos a descasar para afrontar la recta final. Indicar que por la noche salimos a dar una vuelta y tomamos un helado, pero al ver el ámbiente guiri no nos animó y fuimos para casa rápido.
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