El domingo por fin descansamos después del ajetreo de los últimos días, nos levantamos tranquilamente a las 8:30 y bajamos a desayunar en el hotel. El desayuno estaba bastante bien, un rico chocolate, zumo y unas tostadas. Luego mas tarde cogimos el metro rumbo al Coliseo. Nada mas llegar tuve mis dudas de si estaba en Roma o en Japón, ya que había un pelotón de japoneses allí sacando fotos. Además la cola era de lo mas larga, con lo que nos fuimos a la entrada del Foro romano donde apenas había cola, y cogimos la entrada para los tres sitios Foro Romano, Palatino y Coliseo. Por la mañana estuvimos viendo el Foro y el monte Palatino. La verdad es que a pesar de tratarse de unas ruinas, se observaba claramente como vivían hace mas de 2000 años. A destacar dentro del Foro, aparte de los distintos arcos romanos, la tumba de Julio Cesar. Salimos del recinto sobre las 13.30 y fuimos a comer antes de ir a visitar el Coliseo por la tarde. Buscamos un sito cercano al Coliseo y nos llevamos una grata sopresa. Comimos en un restaurante cuyo nombre es" Divin Ostilia wine Bar" un local pequeño pero con un comida esquisita, degustamos una rica ensalada griega y unas maravillosas albondigas, con un digno postre. Nada mas y salir y sobre las 15.30 entramos al Coliseo. ¡Espectacular! Es impresionante ver como se ha consevado después de tantos años y se puede apreciar claramente lo que allí dentro se vivió años atrás. Dimos vueltas por el Coliseo durante unas cuantas horas y luego salimos rumbo al circo romano. He de decir que este último no estaba muy haya, parecia una gran campa pero poco más. De allí nos dirigimos a la Boca de Verdad, ubicada en una iglesia, esta piedra se dice que mordia la mano a los mentirosos. Tras ver que no somos mentirosos, dimos una nueva vuelta por Roma para ver, el palacio, los foros romanos, anfiteatros debajo de las casas, hasta que volvimos al Coliseo ya entrada la noche para tomar instantaneas nocturnas. A continuación al hotel a cenar y a descansar que tocaba madrugar.
Y bien que madrugamos el lunes. A las 5 de la mañana estabamos arriba, ya que tocaba coger el metro para ir hasta Termini donde nos esperaba el tren de alta velocidad que nos iba a llevar a Florencia. La verdad es que el viaje estuvo bastante bien y muy comodo y en apenas hora y media ya estabamos en Florencia. Nada mas llegar pusimos rumbo a la espectacular catedral, cuya cúpula es visible desde gran parte de la ciudad. Una vez la vimos y sacamos las pertinentes fotos, cogimos las entradas para ver el Duomo. La cola no era muy larga pero no avanzaba mucho la verdad, asi que tardamos un rato hasta que subimos a lo alto y para apreciar las pinturas desde cerca y ver unas preciosas vistas de la ciudad. Al salir de la visita, fuimos a recorrer la ciudad, entre otras cosas vimos el Palacio Vechio, el Puente viejo, la iglesia de la Santa Croce, las replicas de las famosas esculturas de Donatello y Miguel Angel o la Piazza de la Republica. Pasamos toda la mañana dando vueltas por la capital de la Toscana, hasta que a las 14.00 fuimos de nuevo a la parada del tren con el objetivo de coger un tren dirección a Pisa. La información brillaba por su ausencia, aún así fuimos capaces de coger los billetes y tomar rumbo a Pisa, donde llegamos pasadas las 4 de la tarde. Comimos algo antes de llegar a ver su conocida Torre Inclinada. Vimos un poco de la ciudad, y subimos a la plaza de los milagros donde se encuentra la Torre junto con museos y la catedral. Sacamos las pertinentes fotos y dimos una vuelta por el mercado para adquirir los respectivos souvenirs. No subimos a la torre ya que era bastante caro, y tampoco teníamos mucho tiempo, ya que a las 18.30 nos tocaba coger el tren de vuelta. Bajabamos con tiempo de sobra pero, nos dimos cuenta de que Itziar se había dejado un souvenir en el bar donde comimos, asi que a subir corriendo y bajar a toda prisa para llegar a tiempo al tren. Después vuelta a Florencia, donde dimos una vuelta para sacar fotos de la catedral de noche y a las 21.00 de vuelta para Roma, donde llegamos a las 22.30 y justitos para el metro. Antes de ir al hotel picamos algo y a descansar que menudo día de traya llevabamos.
El martes por la mañana desayunamos y fuimos a dar una vuelta por la plaza de Popolo y el centro de Roma donde adquirimos algún que otro souvenir, antes de irnos para el hotel.Y aquí no acabo la odisea en Roma, fuimos a la parada de autobus donde vimos que había un bus al aeropuerto. Asi que fuimos al hotel a recoger todo y para el autobus. Cogimos el bus a las 14.15 y ya de por si daba muchas vueltas pero sorpresa en medio de la carretera un camión cruzado y el autobus a darse la vuelta. Ya ibamos a contrareloj teníamos el vuelo a las 17.00 y eran las 16.00. Total que llegamos al aeropuerto y menos mal que no hay mucha distancia entre terminales y pudimos entrar a tiempo. Total para que una vez la tranquilidad Italiana hiciese que el vuelo saliese tarde. Llegamos a Barcelona a las 19.00 y directos a Sants, donde cenamos y dimos una vuelta (si porque allí ni mear puedes, porque te cobran 50 centimos por entrar al baño, ¡alucinante! Barcelona que se paga hasta por respirar. A las 23.00 cogimos el bus y tras la noche en ruta llegamos a las 7.00 a Bilbao dando por concluido el viaje.
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