El lunes teníamos programada una excursión a la cercana
localidad de Verona, conocida por ser la ciudad de Romeo y Julieta. Nos
levantamos temprano, ya que el tren salía desde la estación de Santa Lucía de
Venecia a las 08:12. El hotel nuestro estaba cerca de la parada de Giglio en la
línea 1, pero es una línea con muchas paradas con lo que se tarda unos 40
minutos en llegar hasta la parada del tren. Llegamos con tiempo y desayunamos
en la estación. De allí cogimos el tren regional que nos iba a llevar a nuestro
destino. El tren hace unas cuantas paradas pero se va bastante bien (y no es
caro 9€ por cada uno). Llegamos a Verona un poco antes de las 10.00 y de la
parada nos fuimos andando hasta el centro histórico de la ciudad. Es una línea
recta y se llega rápido. De allí fuimos a la oficina de turismos a que nos
orientará sobre que cosas podíamos visitar y los horarios. Una pena que justo
el día que fuimos el arena de Verona estaba cerrado por restauraciones con lo
que no se podía acceder y te tenías que conformar con sacar las fotos desde
fuera. De allí coges la calle comercial y vas hasta la Piazza Erbe. Antes de
llegar a mano izquierda haces un pequeño desvío para visitar la casa de
Julieta. La verdad es que el sitio es para hacer una parada, sacar una foto y
poco más. Con lo que nos sacamos una foto tocando el pecho de la estatua y a
proseguir la visita de la ciudad. La Piazza de Erbe es un lugar animado con un
montón de puestos y con bastante gente. De allí cogimos rumbo a la plaza de
Signori y de allí a la iglesia de Santa María Antica, donde se ven unas tumbas
esculpidas a su entrada, dignas de sacar fotos. De allí si prosigues el camino
vas a parar a la catedral de Verona y poco después se encuentra el puente de
piedra. Un recorrido corto en el que aprovechamos para sacar buenas fotos. Al
cruzar el puente se encuentra el anfiteatro romano y justo al lado el funicular
que te sube hasta el Castel de San Pietro, desde donde se ve una bonita
panorámica de la ciudad. Tras el recorrido de fotos, nos fuimos nuevamente al
mercado donde compramos souvenirs y de allí hasta Castelvechio (con alguna que
otra parada en las tiendas), donde compramos un bizcocho típico de Verona y
paramos a comer. Al acabar y en vista de que no teníamos ya mucho que hacer en
Verona, nos fuimos hasta la parada del tren para ver si os cambiaban el billete
por uno de un tren que saliese antes. Pillamos con el mas borde y no pudimos
hacerlo, con lo que nos cogimos un bus y nos fuimos hasta un cercano centro
comercial a hacer tiempo. Compramos algunas cosillas y volvimos a la parada del
tren. Quería preguntar por las paradas que iba a hacer nuestro tren, pero
imposible pillamos con el más borde que se negaba a responder a no ser que le
hablases italiano. Alucinante no sabía ningún idioma que no fuese el suyo y
aunque le dijeras que te respondiese en Italiano pasaba de ti, di que sí figura
una atención al cliente sublime. Total que buscamos en internet y vimos las
paradas, cogimos el tren a las 18.30 y llegamos a Venecia Mestre a las 19.30 de
allí un nuevo tren y a Venecia Santa Lucia. De allí el paseo prosiguió con un
nuevo vaporeto hasta el hotel. Por la noche estabamos cansados y no nos
apetecía mucho movernos con lo que preguntamos en el hotel alguna recomendación
de restaurante cercano. Nos llevaron a un restaurante cuyo nombre es Teamo. Un
pequeño restaurente con un look moderno donde nos atendieron muy bien y nos
dieron buenas recomendaciones. Comimos ensalada, gnochis y carne (muy buena con
salsa de tomate) y de postre un mousse. Un sitio recomendable y bien de precio.
De allí vuelta al hotel y a descansar.
El martes fue el último día, y nos levantamos tranquilamente
y tras desayunar a las 9.30 nos fuimos a dar una vuelta hasta San Marco.
Aprovechando que los turistas estaban con sus paseos en góndola o sacando fotos
en la plaza, subimos al campanille sin apenas cola. De allí arriba se ve una
bonita panorámica de la ciudad y se pueden sacar buenas fotos. Al bajar fuimos
a comprar unos souvenirs al mercado de Rialto y aprovechamos para dar una
última vuelta por la cuidad. Acabamos en San Marco donde pillamos marea alta y
vimos el espectáculo de ver la plaza inundada de agua. De allí cogimos el
típico gelato italiano y para el hotel a por las cosas. Estuvimos un rato de
tertulia y sobre las 14.30 pusimos rumbo al aeropuerto. Para ello nuevamente,
vaporeto hasta Piazale di Roma y autobús hasta el aeropuerto. Cogimos el vuelo
a las 17.05 y tras una escala de 1,5 horas en Munich llegamos a Bilbao a las
22.00 dando por finalizado nuestro viaje, en el que Itziar ha celebrado sus 30
en una góndola.
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